La economía y la ecología mundial están al borde del colapso
El mundo se ha transformado en un lugar cada vez más superpoblado, caótico y peligroso. Las poblaciones mundiales crecen a un ritmo vertiginoso, particularmente, en los países pobres que son los menos preparados para alimentar y sustentar ese gran crecimiento de la población. La ecología global está prácticamente al borde del colapso. El equilibrio global del poder está cambiando. Tal como están las cosas, el mundo puede quedar fácilmente inmerso en una combinación tóxica de conflictos despiadados, miseria, desastres naturales y sufrimiento generalizado.
“El desafío definitorio del siglo XXI será enfrentar la realidad de que la humanidad comparte un mismo destino en una planeta superpoblado.”
Para eludir este destino, que es un escenario muy probable si el mundo no modifica su rumbo, los líderes mundiales deben aceptar que todos los seres que habitan el planeta se enfrentan a la misma crisis. Los países ricos ya no pueden seguir ignorando a los más pobres. El mercado libre dejó de ser la única y la mejor solución. Desafortunadamente, los riesgos son serios. Pero, por fortuna, las soluciones están al alcance de la mano. El cambio climático y las catástrofes globales acechan; sin embargo, existen sistemas sostenibles para la energía y el desarrollo. La población mundial se está disparando, pero estas cifras pueden estabilizarse mediante simples reducciones de las tasas de fertilidad. Millones y millones de personas viven en la miseria; sin embargo, pequeñas inversiones de los países ricos podrían poner fin a la “trampa de la pobreza.” El planeta presenta seis “tendencias que están cambiando la tierra”:
- Los países más pobres se están enriqueciendo: Las economías desarrolladas crecen paulatinamente, mientras que las de China, India y Brasil están en auge.
- La población mundial de 6.6 mil millones de habitantes sigue creciendo: Esta cifra debe estabilizarse en 8 mil millones para el año 2050.
- La mayor parte de la población habita en ciudades: Los pobres están abandonando las zonas agrícolas y poblando las ciudades.
- Asia experimentará el crecimiento más acelerado: Poder económico pasará de manos del hemisferio occidental a manos del hemisferio oriental.
- La actividad del hombre seguirá alterando la ecología mundial: Las acciones del hombre han provocado el calentamiento global. En un planeta tan superpoblado como éste, las decisiones de cada individuo tienen impacto sobre el mundo natural.
- La brecha entre los países más ricos y los más pobres del mundo se seguirá ampliando: Si bien algunas naciones prosperan mucho, millones de habitantes apenas subsisten en África subsahariana.
Recursos cada vez más limitados
La humanidad está agotando los recursos de la tierra a un ritmo alarmante. Usar el agua, la tierra y los combustibles fósiles al ritmo actual es una práctica no sostenible e insensata. Sin embargo, también hay una luz en el camino. Al regular el uso de los recursos naturales, los habitantes pueden racionar los recursos escasos de la tierra durante siglos. Tomemos en cuenta los combustibles fósiles. Las fuentes tradicionales (petróleo, carbón, gas natural) son finitas, pero no son las únicas. La tierra tiene vastas reservas de arena bituminosa y ya existe la tecnología necesaria para utilizarlas. A medida que los pueblos comenzaron a enriquecerse, empezaron a exigir más espacio y una mejor alimentación. Arrasaron inmensas extensiones de tierras fundamentales para la ecología para el pastoreo de ganado. Los seres humanos están consumiendo muchos más recursos escasos de lo que deberían.
“El hombre se dedica casi explícitamente a garantizar que el hábitat, el suministro de agua, el flujo de nutrientes y las especies exóticas satisfagan las necesidades de los seres humanos y no las necesidades de otras especies.”
El calentamiento global promete empeorar los problemas que tiene el mundo con el recurso del agua. Las zonas tropicales húmedas se tornarán aún más húmedas a causa de las inundaciones provocadas por precipitaciones más fuertes. Las zonas secas se tornarán aún más secas y las sequías serán más severas. No es casualidad que algunas de las zonas más pobres y menos estables del mundo carecen de agua.
“Estamos aglomerados en una sociedad interconectada que se caracteriza por el comercio, la migración y las ideas globales; pero también por las pandemias, el terror, las migraciones de refugiados y los conflictos.”
La inmensa cantidad de habitantes afecta a la tierra de otros modos. Los peces están desapareciendo. Cada vez hay menos animales terrestres. Las zonas húmedas se están convirtiendo en víctimas de la “desertificación.” La biodiversidad es muy necesaria y puede preservarse mediante seis medidas:
- Proteger los hábitats: Crear más parques nacionales y hábitats; zonas marinas protegidas e incluso sitios de ecoturismo administrados por el sector privado.
- Impedir la deforestación: Cuando el mundo compra madera de la selva amazónica, le está indicando a Brasil que valora la deforestación. En realidad, los países desarrollados deberían pagarle a los países pobres para que no talen sus árboles. Si bien el tratado de Kioto permite que los países cobren por realizar replantaciones forestales, no tienen incentivos para impedir la tala de árboles como primera medida.
- Mejorar los rendimientos agrícolas: Las prácticas agrícolas imprudentes consumen más tierra que la necesaria. La existencia de tierras de labranza más productivas implica tener que arrasar menos hectáreas para cultivo. De este modo, se logra un equilibrio entre las necesidades de alimentos y las necesidades ecológicas de largo plazo.
- Utilizar métodos de fertilización más prudentes: Gran parte de los fertilizantes que se aplican a los cultivos se desperdicia. Se filtra, produciendo la floración de algas que representa una amenaza para los peces. Utilizar métodos de aplicación de fertilizantes subterráneos evitaría que se genere gran parte de ese desperdicio y el daño ambiental que provoca.
- Consumir menos carne: Reemplazar la carne por las proteínas vegetales es una práctica que no daña al medio ambiente y una medida sensata en materia de salud pública, dada la epidemia de obesidad y diabetes que padecen los países desarrollados.
- Promover la piscicultura: La industria pesquera está extremadamente debilitada; pero los pescadores comerciales siguen utilizando prácticas destructivas. Al igual que la “revolución verde” de India elevó el estándar de vida, el mundo necesita de una revolución azul para fomentar la piscicultura.
Un freno al crecimiento desmedido de la población
Aquellos que tienen una opinión “optimista” sobre la población sostienen que la ingenuidad del hombre y la innovación tecnológica permitirán que el mundo se adapte a ser habitado por una cantidad infinita de individuos. Quienes tienen una opinión “pesimista” sobre la cuestión consideran que el ser humano sólo podrá sobrevivir si sigue saqueando el planeta. Entre ambas posturas están aquellos que entienden que la humanidad puede manipular y racionar los recursos naturales y sobrevivir; pero esto sólo se logrará controlando el agotamiento de los recursos de la tierra y el estallido del crecimiento de la población.
“Los objetivos se pueden lograr a un costo muchísimo más bajo y con un beneficio muchísimo más grande que lo que se cree en la actualidad.”
Los países desarrollados ya han detenido el crecimiento de la población. Las tasas de fertilidad han disminuido a un punto en que la cantidad de habitantes de estos países se mantendrá constante. Sin embargo, los países pobres seguirá creciendo. Los siguientes son nueve factores comprobados que pueden desacelerar el crecimiento de la población:
- Bajas tasas de mortalidad infantil: Cuando la mortalidad infantil es probable, los padres tienen más hijos para asegurarse de que algunos sobrevivan. En cambio, cuando saben que sus hijos vivirán, tienden a tener menos.
- Educación para niñas: Las tasas de natalidad caen abruptamente cuando las niñas asisten a escuelas secundarias. En esta instancia de la educación se debe sugerir a las niñas que no deben tener bebés en forma prematura y frecuente.
- Protección legal para mujeres: En sociedades con bajas tasas de fertilidad, las mujeres tienen más oportunidades de capacitarse, encontrar trabajo y asegurarse financiamiento para emprendimientos empresariales.
- Servicios de salud reproductiva: En países muy pobres, incluso las parejas que preferirían no formar familias numerosas no tienen mucha alternativa. Sin métodos anticonceptivos y conocimientos sobre planificación familiar, las familias no pueden reducir las tasas de natalidad.
- Más cantidad de tierras agrícolas productivas: Cuando la agricultura de subsistencia genera mejores rendimientos, el agricultor (que en África suele ser la mujer de la casa) está más motivado para centrarse en la actividad agrícola y para invertir en sus hijos y es menos propenso a formar familias numerosas.
- Migración a las ciudades: Los niños son bienes preciados para las familias que se dedican a la agricultura y valoran la mano de obra. En las ciudades, los niños se transforman en una carga.
- Legalización del aborto: Los países donde el aborto está legalizado tienen tasas de fertilidad más bajas y tasas de mortalidad también más bajas, dada la menor cantidad de mujeres que fallecen a causa de abortos ilegales.
- Planes de pensión: Los padres carenciados tienen muchos hijos para que los mantengan en la tercera edad. Cuando las personas tienen la certeza de que el gobierno les brindará respaldo al llegar a la vejez, las tasas de fertilidad disminuyen.
- Costumbres sociales: Los líderes públicos pueden reducir las tasas de fertilidad, ayudando a romper con los valores culturales que imponen la obligación de formar familias numerosas; particularmente, entre las madres más jóvenes.
Para resolver los problemas del mundo se debe pagar la cuenta
El producto bruto nacional de los países ricos es de $35 billones. Con tan sólo utilizar un mínimo porcentaje de esos ingresos básicamente se solucionarían los problemas que enfrenta el mundo. Así sería la cuenta:
- Desacelerar el cambio climático mediante la adopción de energías sostenibles: 1% del PBI de los países ricos, que equivale a un total de $350 mil millones, y 0.5% del PBI de los países pobres.
- Ayudar a las tierras más pobres con el problema del cambio climático: 0.2% del PBI de los países ricos, o $70 mil millones.
- Conservar zonas para mantener la biodiversidad: 0.1% del PBI de los países ricos o $35 mil millones.
- Luchar contra la “desertificación” mediante la administración del agua en zonas pobres: 0.1% del PBI de los países ricos, o $35 mil millones.
- Desacelerar el crecimiento de la población mediante un mayor acceso a servicios de salud reproductiva: 0.1% del PBI de los países ricos, o $35 mil millones.
- Promover la ciencia para el desarrollo sostenible: 0.2% del PBI de los países ricos, o $70 mil millones.
- Ayudar a los países más pobres a salir de la “trampa de la pobreza”: 0.7% del PBI de los países ricos, o $245 mil millones.
- Total: 2.4% del PBI de los países ricos, o $840 mil millones.
“Cuando los países luchan por liberarse de la pobreza extrema, el rol del estado es claro: ayudar a la población a satisfacer sus necesidades básicas; invertir en agricultura y en infraestructura básica; sentar las bases del crecimiento económico impulsado por el sector privado.”
En términos políticos, esta cifra es sideral. Sin embargo, si se toma en cuenta lo que está en juego – nada menos que la supervivencia de la humanidad – el precio parece ser realmente accesible. Quienes se oponen a todas las posibles soluciones al cambio climático, a la degradación ambiental y al crecimiento desmedido de la población presentarán una infinidad de argumentos en contra de toda iniciativa para dar solución a estos problemas. Sus argumentos rondan inevitablemente en torno a tres temas. En primer lugar, la “futilidad,” la idea de que el problema no se puede resolver. En segundo lugar, la “obstinación,” la idea de que intentar resolver estos problemas sólo puede empeorarlos. Por último, el “riesgo” de que asignar recursos a estos problemas retirará la atención y los fondos a otras prioridades más importantes.
“El seguro social amplía el concepto de protección social más allá de las necesidades básicas, e incluye en él el acceso universal a servicios de salud, educación, seguro de desempleo, pensiones para la tercera edad, seguros que cubren distintos tipos de riesgos naturales y transferencias de ingresos a hogares, en caso de pérdida del empleo, incapacidad o condiciones de extrema pobreza provocadas por otros motivos.”
Usted puede hacer ocho cosas para ayudar a solucionar los problemas del mundo:
- Capacítese: Lea publicaciones como Nature, Science y New Scientist. Tome cursos. Instrúyase acerca del cambio climático, el crecimiento de la población y la política.
- Viaje: Póngase en contacto con otras personas y con los problemas que éstas enfrentan. El hecho de viajar le recordará que el destino de todos está interconectado.
- Cree o únase a una organización: Participe a través de una organización de individuos que compartan su parecer.
- Inspire a los demás: Difunda su causa de un modo que motive a los demás a actuar.
- Utilice sitios de redes sociales: Internet puede acercar a las personas.
- Pida cuentas a los políticos: Asegúrese de que los funcionarios electos cumplan con sus responsabilidades para solucionar estos problemas.
- Transmita el mensaje en su trabajo: Transfórmese en un portavoz de prácticas empresariales responsables en su lugar de trabajo.
- Viva de acuerdo con los valores que defiende: Tome decisiones en su vida personal que reflejen su compromiso con la sostenibilidad.