Cuando caen los gigantes

Libro Cuando caen los gigantes

Una ruta económica para el fin de la era norteamericana

Wiley,
También disponible en: Inglés


Reseña

Michael J. Panzner refuerza la oscilante ansiedad que algunas personas sienten por Norteamérica y el futuro, enfatizando que estos sombríos días van empeorar. BooksInShort admira la diligencia y el buen trabajo de Panzner, pero observa que ofrece pocos o ningún atenuante lecho de rosas que ilumine su pronóstico. En su lugar, combina las noticias económicas, ecológicas, demográficas y geopolíticas negativas para proyectar una tendencia descendente que asustaría hasta al más osado pasajero de una montaña rusa económica. Las tendencias que dañan a Norteamérica pueden también lesionar a otras naciones, por lo que parece inevitable algún tipo de retroceso positivo y mutuo, sin embargo Panzner cita de qué manera otras naciones se van a beneficiar de un Estados Unidos más débil. Dada la información sobre tendencias negativas y peligros acumulados para explicar su pesimismo, no es de extrañar que Panzner esté deprimido. Si está en lo correcto, habrá mucha depresión por todas partes.

Ideas fundamentales

  • Cuando el poder económico de Norteamérica se reduzca, disminuirá también su poder militar global.
  • El disminuido dominio de los Estados Unidos, invitará a otras naciones a llenar el vacío de poder.
  • El aumento de la población a nivel mundial, puede rebasar los recursos naturales, dando lugar al hambre y las enfermedades.
  • Los elevados intereses regionales, amenazan con guerras locales que pueden derivar en conflictos globales.
  • Los altos niveles de deuda nacional, aumentan el impacto negativo de la desestabilización económica.
  • La penosa desorientación de la globalización ha alimentado la desglobalización.
  • Para proteger sus propios intereses, considere productos básicos que no consumen demasiada energía como buenas inversiones potenciales.
  • Cambie su estilo de vida desde ahora, para que pueda conservar lo que gana y consumir menos.
  • Piense de qué manera su negocio puede utilizar productos de desecho como recursos o materia prima.
  • Haga un plan para sobrevivir a desastres naturales futuros sin la ayuda del gobierno.
 

Resumen

Cuando las estructuras económicas se derrumban

Durante varias décadas Norteamérica ha estado gastando más de lo que puede permitirse. El valor del dólar se está hundiendo y la capacidad de los Estados Unidos de pedir prestado para financiar su voraz consumismo, está llegando al límite. Las guerras en Irak y Afganistán incitaron el aumento del anti-americanismo en todos los rincones del mundo. El poder industrial de Norteamérica se fue al extranjero y sus esperanzas de reemplazarlo con una economía del conocimiento se están evaporando, a medida que China y la India generan un gran número de ingenieros y gente de negocios.

“Para muchos norteamericanos, los años que siguen serán sin duda la Época Oscura moderna, en donde cada día trae consigo nuevas preocupaciones, riesgos desconocidos y una sensación de aprensión”.

Los países ahora están contentos de salirse de debajo de la sombrilla norteamericana y poder buscar sus propios lugares bajo el sol internacional. El Medio Oriente está cambiando y el papel de Norteamérica está presionado por las naciones que suministran al mundo una gran parte de su petróleo. Los países occidentales no quieren que Norteamérica le haga daño a la estabilidad económica nacional, haciendo algo que suba el precio de la energía aún más. Mientras Norteamérica continúe demostrando debilidad en su capacidad para lidiar con muchos de los males globales, se dará cuenta que sus días como superpotencia solitaria, se están acabando.

Desastres en todas partes

Hace más de 200 años, el economista político Thomas Malthus predijo que las crecientes poblaciones sufrirían inevitablemente de escasez de alimentos y recursos, limitados estándares de vida y eventualmente hambruna, enfermedad y muerte masiva. Aunque el mundo ha evitado la catástrofe general que predijo Malthus, las cifras de la población actual y la mejora en los estándares de vida en países como la India y China, están ejerciendo una presión sin precedente sobre los recursos naturales, y la producción de energía y alimentos. Los gobiernos luchan por suministrar recursos cruciales, pero al mismo tiempo tienen que balancear los aspectos de supervivencia con la problemática del medio ambiente y formas de negocio sustentables.

“Los norteamericanos ... tendrán que acostumbrarse a un ‘nuevo normal’, en donde sólo aquellos que son flexibles, de mente abierta, resistentes y bien preparados para lo peor, serán capaces de sobrevivir, sin hablar de superarse”.

Algunos recursos como el petróleo, parecen estar disminuyendo de manera significativa, mientras que otros recursos energéticos como el carbón, pueden ser ecológicamente muy dañinos. Los desastres naturales maltusianos como el huracán Katrina y el tsunami del Océano Índico en 2004, hicieron un daño devastador y muy extenso a la población y a las economías locales y globales.

Violencia extendida

Los conflictos regionales están creciendo. Pakistán y la India blandieron sus armas nucleares sobre Cachemira. Rusia ha invadido algunas partes de sus tierras vecinas intentando recuperar su estatus de superpotencia. China está construyendo rápidamente su capacidad militar y continúa amenazando a Taiwán. Estados Unidos ha probado los límites de su alcance militar, lo cual ha envalentonado a otros países para que traten de ganar poder e influencia en vez de ser siempre serviles a los Estados Unidos o a alguna otra potencia.

“La humanidad está siendo obligada a aceptar una nueva realidad: el fin de la era de la abundancia”.

El aumento de violencia es una amenaza en muchos países. Por ejemplo, el diario The New York Times reportó que el constante aumento en el costo del arroz generó “disturbios por alimento en Guinea, Mauritania, México, Marruecos, Senegal, Uzbekistán y Yemen”. La inmigración de minorías étnicas está ocasionando cambios importantes en la estructura de los países europeos, que se están enfrentando a disturbios, incendios de automóviles, bombas y violencia religiosa (así como a derrotas electorales), pues estos grupos demandan más acuerdos. En algunos países, este conflicto interno es señal de una realineación de la estructura de poder, mientras que en otros amenaza a los gobiernos existentes. Las fuerzas externas buscando sus propios intereses, financian y exacerban los problemas en muchos países. La ONU ha sido completamente ineficiente lidiando con estos conflictos.

El dinero se devalúa

El problema con el dinero que se pide prestado es que se tiene que pagar. Los países en todo el mundo, especialmente Estados Unidos, han pedido tanto dinero que la deuda aumenta el efecto de cualquier pequeñez en la economía mundial. China tiene cerca de US$2 billones en deuda norteamericana y cientos de miles de millones en deuda de otros países. Mientras estos países financiaron el consumismo con dinero prestado por China, China aprovechó esos gastos para financiar su expansión industrial, urbana y militar.

“Los elevados presupuestos y el comercio desequilibrado han llevado a los Estados Unidos, de ser el más grande acreedor del mundo, al mayor deudor”.

Los países que tratan de pagar sus deudas mediante la impresión de dinero para fortalecer su moneda, sufrirán de inflación local. Entretanto, China y Rusia están proponiendo ideas para una nueva moneda global. Esto podría terminar con el largo reinado del dólar estadounidense como moneda predeterminada para las reservas mundiales, lo cual sería desastroso para Norteamérica. Si Estados Unidos reduce su apetito o su presupuesto para productos y energía del extranjero, los países proveedores perderán su mercado más importante. China también ha estado aumentando su espionaje económico y su capacidad para la guerra electrónica. Por ejemplo, el diario The Financial Times reportó que el “ejército chino entró sin autorización a una red del Pentágono en Junio [de 2007] en el más espectacular ataque cibernético al Departamento de Defensa de los Estados Unidos”. Dijo que China es capaz de organizar asaltos para deshabilitar computadoras y que ya había “penetrado las redes de las compañías de la defensa y de grupos expertos de los Estados Unidos”. Si China se sintió amenazada o decidió ejercer poder a favor de sus intereses, también puede ocasionar consecuencias económicas devastadoras en otros países. Provocando la desestabilización económica contra blancos estratégicos y escogiendo con cuidado el momento oportuno, China podría tomar medidas – como anexionarse Taiwán – que otras naciones no serían capaces de refutar.

Desglobalización

El comercio libre a nivel global hizo furor desde la década de 1980 hasta finales de la década de 1990, cuando sus partidarios en las viejas naciones industriales perdieron fe en este tratado al cerrar sus fábricas. Algunas personas dicen que la economía tradicional de Adam Smith y David Ricardo ya no aplica, pues el mundo ha cambiado. La gente apoyó el viejo sistema industrial cuando proveía a las comunidades de empleo y crecimiento económico, pero están justificadamente menos enamorados de él, si el resultado económico son fábricas cerradas y exportación de empleos que van a parar a China o a la India.

“La intersección del crimen, la política y la economía, es sólo uno de los muchos factores que van a socavar la estabilidad y generar un recrudecimiento en los años venideros de violencia que resultará económicamente debilitante”.

Sin embargo, los manifestantes tanto en la India como en China, se quejan severamente del impacto de la globalización y la industrialización, que han desbaratado su modo tradicional de vida, dividiendo familias y destruyendo sus bosques, ríos y paisajes. Para sofocar dicho descontento, los gobiernos están reinstituyendo las restricciones al comercio y regulando el negocio y la construcción más de lo que lo han hecho en las últimas décadas. La desglobalización está recuperando energía. Esa división afectará el futuro económico de la gente alrededor del mundo.

Fraccionalización

A medida que el poder y la autoridad de Norteamérica se reducen, otras fuerzas llenarán ese vacío, entre ellas una mezcla de países más pequeños intentando ganar influencia, organizaciones no gubernamentales fungiendo como instituciones gubernamentales y corporativos internacionales usando diferentes instituciones para proteger sus intereses. El mundo se va a dividir en zonas calientes con líderes regionales tratando de establecer y mantener el poder, o una mezcla de movimientos populares intentando derrocar al régimen establecido. La red resultante de intereses dispares, derribará a la autoridad existente y la reemplazará con alguna versión modificada de poder – o con el caos.

“Mientras ... el orden geopolítico existente siga desintegrándose, los corazones y las mentes se cerrarán junto con las fronteras. Las emociones nacionalistas van a abrumar el espíritu integrador de las décadas pasadas”.

A medida que China se fortalece y se enriquece, es posible que adquiera la distinción final de verdadera potencia global, convirtiéndose en el blanco de las protestas más populares y aumentando el número de ataques terroristas. Sus negocios e inversionistas tendrán que operar bajo reglas completamente nuevas.

Nueva escasez

Los tiempos de inestabilidad crean muchas oportunidades nuevas, sin embargo, los empresarios tendrán que estar muy atentos y listos para actuar en el momento preciso. Invierta en equipo que le ayudará a maximizar su retorno en mano de obra y use sus limitados recursos de manera eficiente. Por ejemplo, muchos negocios están generando nuevos bienes mediante la transformación de productos de desecho en materias primas. Revise cómo empaca sus productos, cómo los envía y cómo los vende. En la medida que la gente y las empresas empiecen a hacer más con menos, usted tendrá que competir aún más por los dólares de los consumidores, en un mercado más regulado con menos capital disponible para financiar una expansión. Los negocios tendrán que administrarse de tal manera que puedan funcionar a pesar de interrupciones inesperadas y repentinas en la cadena de suministro y mercados globales. Estos nuevos límites no significan que sea imposible hacer un buen negocio; significan que tendrá que ser más inteligente y duro.

“[Espere] un mundo en donde las horas laborales aumentan, la paga y los beneficios disminuyen, las oportunidades desaparecen y la creciente ansiedad sobre lo que traerá cada día es una descorazonadora realidad”.

El optimismo sobre el futuro y el destacado papel de los Estados Unidos en él, están dentro de la manera de pensar norteamericana y es muy difícil de alterar. Sin embargo, Norteamérica no puede detener el crecimiento de China y de la India, que son sus más cercanos competidores por recursos disponibles y mercados. El endeudamiento de Norteamérica y el crecimiento limitado, auguran un futuro mucho más limitado para el país y sus compañías. Así como Estados Unidos entró con aire majestuoso a Europa y Asia durante el siglo XX, otros países se harán cargo de las industrias y mercados que los Estados Unidos ya no pueden dominar.

Una ruta personal a través del desorden

Para beneficiarse de este crecimiento global, invierta fuera de los Estados Unidos. Canadá, por ejemplo, ofrece oportunidades de inversión fáciles, superiores y relativamente seguras. Evite áreas que podrían sufrir descontentos debido a conflictos religiosos. En el mundo de los negocios de hoy, es necesario ser mucho más sensible a las políticas y a los horizontes temporales variables. La idea de comprar y conservar sin mayores consideraciones, es cosa del pasado. Los valores de renta variable en los Estados Unidos pueden ser inversiones muy pobres para los próximos años, pues las compañías luchan por sobrevivir. Tenga cuidado con las inversiones de renta fija, pues la inflación puede seguir a los recientes incrementos en el gasto del gobierno y el suministro de dinero. Los productos básicos pueden ser prometedores, pero evite compañías en el lado contrario de la ecuación energética, regulatoria y ecológica.

“La gente ajustará su estilo de vida, sus enfoques y sus actitudes hacia un nuevo esquema. La humanidad estará lista, una vez más, para seguir adelante, esperando tiempos mejores”.

Para sobrevivir los próximos años y décadas de inestabilidad, desarrolle sus instintos de supervivencia. Conserve su capital; ahorre más. Gaste menos. Utilice menos energía. Salde sus deudas. Considere trasladarse a un área urbana con transporte masivo e infraestructura sólida que le permita satisfacer sus necesidades diarias. Trasladarse a su trabajo todos los días en su automóvil y regresar a una casa grande suburbana, se puede convertir en un lujo que ya no podrá sustentar. Empiece con estos cambios desde ahora, antes de que sea forzoso hacerlo. Los lazos sociales y familiares cobrarán mayor importancia. Dedíqueles tiempo desde ahora, para que pueda apoyarse en ellos cuando los necesite. El tiempo libre puede pasar a ser cosa del pasado, pues la gente puede necesitar más de un trabajo para salir adelante. Es probable que experimente cosas que nunca se imaginó a lo largo de toda la historia de Norteamérica, como hambruna y epidemias. Necesitará un plan para poder enfrentar cada uno de los nuevos problemas sin la ayuda del gobierno.

Sobre el autor

Michael J. Panzner ha trabajado para importantes empresas, entre ellas HSBC y Soros Funds. Es profesor académico en el FT Knowledge/New York Institute of Finance y autor de Financial Armageddon (Armagedón financiero).