Cuando China domine el mundo

Libro Cuando China domine el mundo

El fin del mundo occidental y el nacimiento de un nuevo orden mundial

Penguin Press,
También disponible en: Inglés


Reseña

La detallada, docta y exhaustiva exploración que hace Martin Jacques de la historia, la cultura, los métodos comerciales y las posibilidades futuras de China demuestra ser tan desafiante para los paradigmas actuales como lo es China misma. En un volumen, Jacques ofrece un menú completo: Una entrada con una visión general y reflexiones sutiles, seguida por un plato principal de raíces históricas y predicciones futuristas. Tal vez lo más valioso es que fundamenta teoría, política y prácticas empresariales de China – y sus formas posibles para el futuro – en su historia, cultura y política. Sus interpretaciones occidentales de los motivos de China son poéticas, cuando la poesía ayuda a los lectores a comprender, y categóricas cuando las palabras llanas funcionan mejor. Los años que Jacques pasó en China y Asia Oriental, así como su larga experiencia de informar sobre negocios y política, lo convierten en la persona adecuada para dar luz a este colosal tema. BooksInShort recomienda ampliamente este libro a cualquier persona intrigada por China o que esté haciendo negocios en Asia Oriental, así como a cualquier persona interesada en la naturaleza cíclica del poder mundial a lo largo de la historia, en particular a aquellos que buscan explotar ese ciclo para obtener beneficios.

Ideas fundamentales

  • El mundo está entrando en la era de la “modernidad en disputa” – la competencia entre los modos de existencia industriales de occidente y oriente – a medida que mengua el dominio occidental.
  • La rápida modernización de China presenta un conjunto específico de problemas y soluciones, y destaca ocho características clave que le diferencian de Occidente.
  • Uno: China es “un estado-civilización” y lo ha sido desde sus primeras dinastías.
  • Dos: Ve a las naciones de Asia Oriental como tributarias y saca fuerza de su poder económico.
  • Tres: Los chinos se ven a sí mismos como una raza y se sienten de manera innata separados y superiores.
  • Cuatro: China opera a escala masiva con una enorme población, dándole una sobreabundancia de mano de obra barata y una tremenda demanda de consumo.
  • Cinco: El gobierno chino sigue el ideal confuciano de la autoridad total.
  • Seis: China “combina el pasado y el futuro”, mientras evoluciona en medio de cambios asombrosos.
  • Siete: Sus gobernantes comunistas son “flexibles”, “pragmáticos” y arraigados.
  • Ocho: Como una “nación desarrollada y en desarrollo”, China lucha con inmensos contrastes. Tiene que lidiar con sus carencias sociales mientras se moderniza.
 

Resumen

Déficit y excedentes

China está liderando un cambio histórico a medida que el poder mundial se desplaza de Occidente a las naciones en desarrollo. Basta con comparar a los imperios financieros deficitarios de Occidente con “una Asia Oriental” que es “rica en dinero en efectivo debido a décadas de excedentes”. Estados Unidos ya no domina la manufactura ni la exportación. Las naciones asiáticas, con China a la cabeza, han tomado ese papel. Las naciones occidentales parecen asumir que China estará cada vez más occidentalizada a medida que crece y que permitirá que el Occidente domine como lo ha hecho durante los últimos tres siglos. Tales suposiciones son incorrectas.

Modernización

Los occidentales pueden pensar en la historia económica de Japón como un prisma a través del cual estudiar el crecimiento de China, pero las dos naciones comparten poco en sus trayectorias hacia la modernización. Cuando la economía de Japón creció, le dio la espalda a los mercados asiáticos y a los modelos de la cultura popular en favor de los occidentales.

“Si el mundo del siglo XX fue formado por los países desarrollados, entonces el XXI es probable que sea moldeado por los países en desarrollo”.

Si bien el régimen de Mao Zedong y sus sucesivas administraciones comunistas radicales cometieron graves errores económicos estalinistas – con planes quinquenales y los intentos por parte del gobierno central para dictar el crecimiento –, los primeros años de la República Popular de China (1949 a 1978) aún definen el escenario para el comienzo de la explosión industrial de China. Cuando el país estuvo listo para mirar hacia otros mercados, inversiones e inversores, tenía preparados los inicios de una infraestructura económica. China es el modelo de un “Estado de desarrollo”, en el que la estabilidad no depende de la democracia, sino “de la habilidad del Estado para ofrecer un crecimiento económico continuo”.

China sigue siendo China

China nunca ha sido colonia de otra nación, ni ha estado totalmente ocupada. A lo largo de su historia, sufrió invasiones, escasas derrotas y cambios en las dinastías, pero conservó su idioma y su sentido de superioridad cultural. China se autonombró “El Imperio del Centro”, el centro del mundo. Los invasores, con el tiempo, se convirtieron en chinos. Entre otras innovaciones, desarrolló grandes avances en la ciencia y las matemáticas, la pólvora, grandes buques, la xilografía, el papel, la exploración naval y la alfabetización. China creó la administración pública más importante del mundo, cuya subordinación garantizaba que las dinastías retuvieran el poder. A diferencia de Europa, China no tenía élites religiosas, empresariales o de guerra organizadas que desafiaran al Estado. Una autoridad centralizada, que elabora políticas y leyes con un poder nacional ilimitado, siempre ha gobernado.

China y el dinero

El renminbi, conocido en China como el yuan, “sigue siendo, a diferencia del dólar, el yen y el euro, una moneda con la que no se puede comerciar”. El yuan no es volatil. Cuando China redujo los aranceles comerciales, su comercio exterior explotó. China tiene una enorme oferta de mano de obra barata, por lo que su salario básico en la manufactura seguirá siendo competitivo, incluso si disminuye su auge económico. Una de las razones por las que se colapsó la economía manufacturera en México y las drogas se convirtieron en el principal producto de exportación es que México no podía proporcionar trabajadores con salarios tan bajos como los de Asia Oriental. La mano de obra barata de China continuará impulsando sus exportaciones y le permitirá conservar enormes excedentes comerciales con sus socios.

“Lejos de existir una única modernidad, habrá, de hecho, muchas”.

China nunca ha sufrido fuga de capitales y el yuan sigue siendo a prueba de balas. Sin embargo, el prominente economista chino Yu Yongding creyó en el 2006 que China tenía un “30% de probabilidad de que las cosas salieran muy mal”. A pesar de una élite adinerada recientemente creada, cientos de millones de chinos son terriblemente pobres. La riqueza urbana, sobre todo costera, se extenderá poco a poco tierra adentro. Los expertos estiman que para el año 2015, China “alcanzará un estándar de vida que las naciones occidentales alcanzaron en la década de 1960”.

“Los chinos conceden mayor importancia a la unidad que, literalmente, a cualquier otra cosa”.

La mayor parte de la manufactura de China se produce bajo contrato con países occidentales y con Japón. Las empresas chinas principalmente subcontratan en vez de generar nuevos productos. Eso está cambiando lentamente, pero sigue siendo el modo dominante. El Estado posee la mayor parte de las empresas que compiten en el extranjero, así como industrias enteras, especialmente el acero y el aluminio. Desde 1999, los chinos han invertido en numerosos instrumentos financieros de Estados Unidos, incluidos “los bonos del tesoro, bonos del gobierno y los bonos corporativos”. China en esencia le prestó dinero a Estados Unidos para solventar sus gastos y sus excesos hipotecarios. A pesar de la caída de la economía estadounidense, China sigue comprando dólares, puede permitírselo. “En septiembre del 2008, las reservas de divisas extranjeras de China ascendían a US$1 billón 800 mil millones”. Mientras algunas empresas y naciones occidentales zozobran en la falta de liquidez, China tiene cantidades inimaginables de dinero en efectivo. Las mejores estimaciones sugieren que los dólares estadounidenses representan el 60% del total de la reserva de efectivo de China. Si China transfiriera una parte significativa a otras divisas, la transacción tendría un profundo efecto en la economía estadounidense

“Hay el doble de personas en el mundo que hablan mandarín como lengua materna o segunda, que inglés”.

En el 2008, el gobierno de Estado Unidos rescató a Fannie Mae, Freddie Mac y AIG bajo una fuerte presión de China, que tenía grandes inversiones en las tres entidades. Estados Unidos respondió a esta presión; si China hubiera empezado a vender dólares, habría podido paralizar la economía de Estados Unidos. China no quería dañar la moneda que representaba gran parte de su reserva. Estados Unidos y China están atrapados en una simbiosis singular, sin precedentes de dependencia económica mutua. En la actualidad, y cada vez más en el futuro, China tiene la mano más fuerte.

Las ocho diferencias

Este es un momento de “cambio histórico que está destinado a transformar al mundo moderno”. La comunidad internacional está entrando en una era de “modernidad en disputa”, una competencia de modos de existencia industrial entre occidentales y orientales. El dominio de 300 años del mundo occidental está llegando a su fin a medida que la rápida modernización de China genera una transición con impacto global. Este cambio destaca ocho factores cruciales que hacen a China diferente de Occidente:

  1. “China es ... un estado-civilización” – China no surgió, como ciertas potencias occidentales, a partir de una colección de ciudades-estado o reinos beligerantes que se fusionaron en una nación-estado de diversas religiones, culturas y, en ocasiones, idiomas. Tampoco es un conjunto de provincias unidas por una filosofía común, como Estados Unidos. China primero fue una civilización. Desde sus primeras dinastías, tuvo un gobierno central sin rivales internos. Las entidades estaban subordinadas a la autoridad central, que personificaba la identidad y la cultura chinas. Cuando los poderes coloniales europeos ocuparon sus colonias alrededor del mundo, algunas poblaciones gobernadas asumieron el idioma, cultura y atributos de sus conquistadores. China siempre se ha conservado china.
  2. China considera a las naciones de Asia Oriental como Estados tributarios, no como estados-nación – Hasta que Japón superó a China durante el siglo XX, China había sido el poder dominante en el este de Asia durante siglos. Su “sistema tributario estatal se caracterizó por la enorme desigualdad entre China y sus países vecinos, junto con la creencia mutua en la superioridad de la cultura china”. Ahora, mientras Japón se estanca y China ruge por delante, tirando tras de sí a los otros Tigres Asiáticos, el sistema tributario está regresando. Las naciones de Asia Oriental, especialmente Taiwán, están tratando de mejorar sus relaciones con China e invertir en su infraestructura. Un desequilibrio de poder similar, principalmente económico, podría ocurrir entre China y Asia Central, África, Australia y Nueva Zelanda.
  3. El “sentido de la raza y origen étnico” chino – Los chinos se consideran como una sola raza: Han. A medida que el imperio absorbió naciones y razas divergentes a lo largo de los siglos, los Han en el poder consideraron a los que no eran Han como de diferentes nacionalidades, pero no razas. Cuando las poblaciones se mezclaron y adoptaron las costumbres chinas, los Han siguieron dominando. Los chinos siempre han creído que su singularidad “no es simplemente cultural o histórica, sino también biológica”. La reclamación de China sobre Hong Kong y Taiwán se debe en parte porque la mayoría de las poblaciones de las islas son Han. El sentido innato de China marca sus interacciones internacionales.
  4. Diferente escala y alcance – Estados Unidos es ligeramente más pequeño que China, pero la población de China es cuatro veces mayor. Con un territorio y población tan enorme y diverso como China, los grandes cambios en un área pueden no afectar a otras. La escala casi incomprensible de China y su población cada vez mayor la convierten en un candidato poco probable para la democracia al estilo occidental.
  5. La particular política china – “El Estado no compartió el poder – ni en su forma imperial ni en la comunista – con nadie más”. El etos confuciano promueve la idea de que la autoridad del Estado no es responsable ante nadie ni ante ninguna idea, sino sólo por su propia conservación. Se espera del Estado, y el Estado mismo espera, construir la economía y elevar el nivel de vida, cumpliendo así su papel de “padre” en un contexto confuciano. Sin embargo, siglos de costumbres lo obligan a hacer muy poco más, excepto establecer las políticas que considere mejor. El Estado chino, en los últimos 30 años, ha demostrado ser sumamente adaptable y capaz de autor regenerarse.
  6. Rápida transformación – “La modernidad de China se caracteriza por la velocidad de transformación del país”. China está más a gusto con lo nuevo y futurista que sus rivales occidentales. La creencia tradicional China de que es una cultura superior les permite a sus ciudadanos vivir con una amplia industrialización y modernización inmediata. La transición de la población de una economía basada en la agricultura a una economía industrializada tomará más tiempo, debido a su escala. China “combina el pasado y el futuro al mismo tiempo que el presente”.
  7. El legado del régimen comunista – Un gobierno comunista ha gobernado China desde 1949. Los comunistas ayudaron a China a derrotar a Japón y luego evolucionaron a través de muchas iteraciones sin renunciar nunca al poder. Al combinar sus métodos con los principios confucianos, el régimen ha forjado poderosos lazos psicológicos con el glorioso pasado de China y la ha preparado para dominar en el futuro. La visión para los negocios, la tenacidad y las políticas progresistas de sus regidores, hacen que el gobierno sea muy diferente del gobierno comunista al estilo de Europa central. El régimen de China “ha demostrado ... flexibilidad y pragmatismo” y tiene poco apetito y menos oportunidad para el cambio de régimen, especialmente mientras siga prosperando.
  8. Una nación “desarrollada y en desarrollo” – “La modernidad [de China] es atenuada por, mientras interactúa con, su relativo retraso rural. Esta doble personalidad generará problemas nunca antes vistos con respecto al desarrollo, la estabilidad política y la política monetaria. El futuro cercano de China será moldeado mediante la conversión de su población en desarrollo en una sociedad desarrollada. Esto puede tomar 50 años y las prioridades gubernamentales favorecerán a segmentos ya desarrollados.

“Levantamiento global”

El “fin del colonialismo” – que se produjo “entre 1945 y mediados de los años sesenta” – es un evento moderno tan decisivo y notable como la Revolución Rusa, el fin de la Segunda Guerra Mundial o la desintegración de la URSS. Las potencias occidentales no se refieren a éste como tal por una razón, perdieron. Un nuevo mundo, donde las naciones en “etapas diferentes de modernidad” demuestren su dominio, está en el horizonte. Las naciones en desarrollo, con China a la cabeza, no serán un reflejo de los gobiernos, la economía, los intereses propios o las estrategias de Occidente. Al reflejar la grandeza del poder colonial, “la masa de China obligará al resto del mundo a aceptar su manera de hacer las cosas”.

Sobre el autor

Martin Jacques es el coautor de The Forward March of Labor Halted? y The Politics of Thatcherism. Es cofundador del comité de expertos Demos en el Reino Unido.